Reflexiones sobre el coronavirus. Mensaje del Covid-19 a los humanos.

He reflexionado mucho estos días, intentando encontrarle un sentido a todo esto…., porque algún sentido tiene que tener toda esta difícil y dura situación por la que estamos atravesando los humanos a nivel mundial. 

He imaginado que el virus pudiera hablar, y he imaginado aquello que nos diría a todos a través de una carta, si pudiese hacerlo, y éstas son las palabras que he conseguido plasmar sobre una hoja de papel: 

Hola, soy el covid-19. Muchos de vosotros me conocéis simplemente como coronavirus y sí…, soy yo. 

Perdonad el poco preaviso, ya que no he podido avisar cuando llegaría o de qué forma…, y con qué fuerza me presentaría ante vosotros. 

¿Por qué estoy aquí? Bien, digamos que estoy aquí porque estaba cansado de ver cuántos de vosotros os agredís en vez de ayudaros, cansado de veros a muchos destruir sin corazón con vuestras manos, cansado de ver lo mal que mayoritariamente tratáis al planeta, cansado de ver como os soléis hablar entre vosotros, de ver tantos abusos, tanta violencia, las guerras, vuestros conflictos interpersonales y vuestros prejuicios. 

Estaba cansado de ver tanta envidia social, tanta hipocresía, tanto egoísmo. Cansado del poco tiempo que soléis dedicar a vosotros mismos y a vuestras familias, cansado de la poca atención desde el corazón que soléis dedicar a vuestros hijos, de vuestra superficialidad, de la importancia que a menudo le dais a las cosas superficiales a costa de aquellas realmente esenciales. 

Estaba cansado de vuestra continua y obsesiva búsqueda del vestido más bonito, del último modelo de Smartphone o del coche con las últimas prestaciones…, sólo por parecer ser felices y realizados. 

Estaba cansado de vuestras traiciones, cansado de vuestra profunda ignorancia de la Vida, del poco tiempo que dedicáis a comunicaros entre vosotros. 

Cansadísimo de vuestras continuas quejas y lamentaciones, cuando no hacéis absolutamente nada para mejorar vuestras vidas. Cansado de veros discutir y pelearos por motivos banales, cansado de las continuas luchas de los que os gobiernan, de ver gente que se insulta y se mata por un partido de fútbol…… 

Lo sé, seré duro con vosotros…, puede que demasiado, ya que no tengo consideración por nadie…, soy un virus. Mi acción os costará vidas, pero quiero que entendáis de una vez por todas que tenéis que cambiar el rumbo de vuestras vidas, por vuestro bien. 

El mensaje que os quiero mandar es simple. He querido evidenciar todos los límites de la sociedad en la que vivís para que podáis eliminarlos. He querido pararlo todo para que, reencontrándoos con vosotros mismos, entendáis que la única cosa importante a la que tenéis que dedicar todas vuestras energías de ahora en adelante es simplemente una, LA VIDA; la vuestra y la de cuantos os rodean y a aquello que sea realmente necesario para protegerla, mimarla y compartirla. 

Os he querido lo más recluidos y aislados posible, lejos de vuestros padres, de vuestros abuelos, de vuestros hijos y nietos, de vuestros amigos…, para que entendáis cuán importante es un abrazo, el contacto humano, el diálogo, un estrechamiento de manos, una noche entre amigos, un paseo, una cena compartida en algún lugar o correr por el parque al aire libre…. Desde esta comprensión llevada a la práctica, ha de retomarse todo. 

Sois todos iguales, no hagáis distinción entre vosotros. Yo he demostrado que las distancias no existen, pues he recorrido kilómetros en muy poco tiempo sin que os hayáis dado cuenta. Yo estoy aquí de paso, pero este sentido de proximidad y colaboración, que he despertado entre vosotros en poquísimo tiempo tienen que durar por siempre. Vivid vuestras vidas lo más sencillamente posible, caminad, respirad profundamente, haced el bien de manera desinteresada, y así ese bien regresará siempre a vosotros multiplicado. Disfrutad de la naturaleza, haced aquello que os guste y satisfaga, y cread las condiciones para no tener que depender de nada. 

Cuando lo celebréis, yo me habré ido, pero recordad “no intentéis ser mejores personas sólo en mi presencia”. Adiós. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *