Fortaleza en la adversidad

Contenido elaborado a partir del tema 2 del libro “Donde Brilla La Luz” Paramahansa Yogananda 

Todo cuanto ha creado la Inteligencia Universal, la Fuente de la que procede todo, Dios, tiene por objeto ponernos a prueba, sacar a la luz el inmenso poder y la inmortalidad del alma que se oculta en nuestro interior. En esto consiste la aventura de la vida, y ése es su sólo propósito. Y la aventura de cada individuo es diferente, única. Deberías estar preparado para afrontar todo problema físico, mental o espiritual, mediante el uso del sentido común y la confianza en esa Inteligencia, Dios, en lo que eres en esencia, con la certeza de que tanto en la vida como en la muerte tu alma permanecerá invencible. 

Jamás permitas que la vida te derrote. ¡Derrótala tú! Si conectas con la enorme fuerza de voluntad arraigada en tu interior, puedes superar todas las dificultades. No te comportes como una pusilánime criatura mortal. ¡Eres un hijo de Dios!……. ¡En verdad eres Dios! 

Puesto que estás hecho, como dicen algunos libros de sabiduría, a imagen y semejanza de Dios, el creer que tus pruebas son más grandes que el poder de tu Ser Divino para superarlas es una creencia falsa. Recuerda que no importa cuáles sean las pruebas que se te presenten, jamás serás tan débil que no puedas afrontarlas. La Inteligencia Universal que es Amor Puro, Dios, no permitirá que seas sometido a una dificultad mayor que tu capacidad de resistirla. 

Aprovecha cada prueba como una oportunidad para superarte. Cuando atraviesas por periodos de dificultades y pruebas en la vida, generalmente piensas con rebeldía: “¿Por qué tiene que sucederme esto a mí?”. En lugar de ello, debes considerar cada tribulación, cada dificultad, como un zapapico, con el cual puedes cavar el suelo de tu conciencia y hacer brotar el manantial de la poderosa energía espiritual que yace en tu interior. Cada una de las pruebas que afrontes ha de servirte para poner de manifiesto el poder oculto que existe en ti, puesto que eres hijo del Creador, hecho a su imagen. O mejor, dando un paso de consciencia más, eres Dios. 

Huir de los problemas posiblemente parezca a veces la más fácil de las soluciones. Sin embargo, es sólo luchando con un poderoso adversario como se adquiere fortaleza. Quien no tiene dificultades para afrontar no puede crecer. 

De nada vale la vida si su devenir no es una continua superación de las dificultades. Cada problema en espera de que le des una solución, constituye un sagrado deber que te impone la vida. El rehuir los problemas, ya sean éstos físicos o mentales, es eludir la vida misma, pues no existe vida alguna que no esté llena de problemas y dificultades. 

No se puede fabricar el acero mientras el hierro no se haya puesto incandescente en el fuego. La Creación no tiene el propósito de hacerte daño. Todos los problemas, las dificultades y las enfermedades encierran para nosotros lecciones que debemos aprender. Las experiencias dolorosas no tienen por objeto destruirnos, sino consumir nuestra escoria, a fin de apresurar el regreso a nuestro Hogar. 

Cuando consideras las experiencias de la vida como tu maestro ─aprendiendo de ellas a conocer cuál es la verdadera naturaleza del mundo y el papel que te corresponde desempeñar en él─ tales experiencias constituyen una guía valiosa para ayudarte a alcanzar la plenitud y la felicidad eternas. 

Cada vez que una dificultad y el desaliento se abata sobre ti, recuerda que no es más que la sombra de la mano de la Madre Divina (Dios) extendida para acariciarte. En ocasiones, cuando la Madre va a prodigarte una caricia, su mano proyecta una sombra antes de tocarte. Así pues, en el momento en que se te presenten dificultades, no pienses que Ella te está castigando. Existe una bendición [oculta] en la sombra de su mano que se extiende para acercarte más a Ella. 

Para quienes están prontos y dispuestos a aprender del sufrimiento, éste es un buen maestro. Sin embargo, para aquéllos que le oponen resistencia y se resisten, se convierte en un tirano. El sufrimiento puede enseñarnos casi todo. Sus lecciones nos urgen a desarrollar el discernimiento, el autocontrol, el desapego, la moralidad y la conciencia espiritual trascendente. Así por ejemplo, un dolor de estómago nos enseña a no comer demasiado y a tener cuidado con el tipo de alimento que ingerimos. El dolor causado por la pérdida de posesiones o de seres queridos nos recuerda la naturaleza temporal de todas las cosas de este mundo engañoso. Las consecuencias de acciones erróneas nos impulsan a practicar el discernimiento. ¿Por qué no aprender, mejor, a través de la sabiduría? Así no tendrás que someterte innecesariamente a la dolorosa disciplina del severo maestro que es el sufrimiento. 

Las enfermedades, los repentinos fracasos financieros u otros problemas que te sobrevienen inesperadamente y sin razón aparente, son el efecto de causas que tú mismo creaste en el pasado, ya sea en ésta o en encarnaciones anteriores. No culpes, pues, a Dios ni a nadie si estás sufriendo una enfermedad, un problema económico o un trastorno emocional. Tú mismo originaste la causa del problema en el pasado y debes tomar la más firme determinación de erradicarla ahora. 

Numerosas personas malinterpretan el significado del karma [los resultados de las acciones realizadas en el pasado, regidos por la ley de causa y efecto: “Lo que el ser humano siembre, eso cosechará”], adoptando por tanto una actitud fatalista. No tienes necesariamente que aceptar el karma. Si te digo, por ejemplo, que alguien está a tus espaldas listo para desquitarse porque una vez le pegaste, y tú resignadamente dices: “Bueno, es mi karma”, y esperas que te golpee, ¡obviamente recibirás el golpe! ¿Por qué no tratas, en cambio, de apaciguar a esa persona? Si logras aplacarla, podrías disminuir su rencor y disuadirla de atacarte. Recuérdalo, puedes también oponerle resistencia, contrarrestando los dolorosos efectos de las acciones erróneas realizadas en el pasado con los beneficiosos efectos derivados de las acciones correctas ejecutadas en el presente; de esta manera evitarás que se creen las condiciones favorables para la manifestación de tu duro karma. 

Cuando tomas plena consciencia de tu condición de hijo del Creador, y dando unos pasos más te vas acercando a sentirte uno con Él ¿puedes acaso tener karma? 

Si con tu esfuerzo y persistencia consigues ir dando pasos significativos hacia clarificar y expandir tu mente a través de la meditación y reconectar y sentir el Dios que eres, también tú estarás libre del engaño de la enfermedad, las limitaciones y la muerte. 

AFIRMACIÓN:

“Amado Padre, no importa cuales sean las circunstancias que deba afrontar en mi vida, sé que representan los acontecimientos necesarios para mi evolución. Aceptaré gustoso todas las pruebas, porque sé que cuento en mi interior con la inteligencia para comprenderlas y el poder para superarlas”. 

“Donde brilla la luz”. Capítulo 2. Pág.: 30 – 40. Paramahansa Yogananda 

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